viernes, 16 de noviembre de 2012

La Biblioteca Central de la UNAM (México)




La Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es el principal recinto bibliográfico de dicha universidad. Es una biblioteca general que cuenta con acervos multidisciplinarios abiertos para toda la comunidad universitaria, en igualdad de circunstancias. Está ubicada en la ciudad de México, en Ciudad Universitaria de la UNAM (CU). Poseé uno de los acervos bibliográficos más grandes en México. El exterior está decorado con el mural Representación histórica de la cultura, que realizó el artista mexicano Juan O'Gorman. En 2007 la UNESCO la declaró Patrimonio cultural de la Humanidad, junto con otros edificios de Ciudad Universitaria.
Dentro de Ciudad Universitaria, la Biblioteca Central ocupa un lugar preponderante, además de que corona la obra arquitectónica de todo el campus sin perder la escala humana. Se ha convertido en el emblema visual de la UNAM y de la cultura en México. Es uno de los elemento urbanos más fotografiados de CU  y de la ciudad de México.

Las cuatro fachadas del bloque superior de la biblioteca conforman una sola obra artística de 4 000 metros cuadrados: el mural “Representación Histórica de la Cultura” que diseño y realizó el artista mexicano Juan O’Gorman.

Carlos Lazo, el responsable del proyecto de la Ciudad Universitaria, sugirió a O'Gorman la realización de los murales que adornan las cuatro fachadas. Lazo estaba muy interesado en la propuesta de O’Gorman de hacer un mural conformado exclusivamente por piedras de colores, algo nunca antes realizado a tal escala. La idea original provino de un trabajo en que participaron Diego Rivera y Juan O’Gorman para la construcción del museo Anahuacalli, donde Rivera almacenaría su colección prehispánica. La técnica de mosaico con piedras garantizaría la permanencia de los colores ante las inclemencias de la intemperie. Los bocetos del proyecto completo fueron elaborados por O’Gorman en poco tiempo. De la idea original, sólo se modificaron pequeñas variaciones en el proyecto final, como la elección del material para el color azul: ya que ningún tono en las piedras le satisfacía al creador del mural, decidió emplear vidrio coloreado

Todo el mural está armado como un códice: los símbolos y las figuras son las que hablan. Para Juan O’Gorman, quien era un profundo y entusiasta conocedor de la historia mexicana, era importante plantear las representaciones visuales artísticas a modo de oposición, en dualidades, como un juego de fuerzas que conforman el espíritu y la historia del pueblo de México. El sol y la luna son siempre los dos polos, y al cobijo de éstos se desarrollan las ideas, la historia y los personajes que luchan por su verdad. El sustento visual e ideológico de todo el mural fue la cultura prehispánica, pues O’Gorman sentía admiración por ella.
Este mural, a diferencia de otros suyos de carácter didáctico, busca el intercambio de ideas, y hasta la polémica, con la comunidad universitaria.

Muro norte: pasado prehispánico


Esta parte del mural corresponde a la época prehispánica y a la cultura mexica. Aquí se pone en juego la dualidad de la vida y la muerte. Del lado izquierdo del eje central y separadas en tres planos, aparecen deidades y escenas asociadas al principio creador de la vida: en la esquina superior, el sol, enmarcado por el mítico Quetzalcóatl en forma de serpiente; abajo emerge la figura de Tláloc y Huitzilopochtli. En la sección central esta Tlazoltéotl, diosa de la tierra, circundada por el águila, atributo solar, y por el jaguar, símbolo de la noche, y por otros elementos relacionados con la fertilidad. En la base derecha está la representación de una ceremonia donde se habla del sentido ritual y sagrado de la guerra, siempre asociada con el sol, al día. En opinión de O'Gorman, el imperio mexica se erigió, en gran medida, por su carácter guerrero.
El lado derecho del mural representa la antítesis de la vida: el mundo del misterio, de lo oscuro, del mal y de la muerte. En la esquina superior está el conejo de la luna. Debajo aparece la serpiente de Quetzalcóatl, dibujada a base de chalchihuites y caracoles; después está Chalchiuhtlicue, diosa del agua y pareja de Tláloc; frente a ella, la hoguera donde se consume su hijo sacrificado que dará vida a la luna. A la izquierda de esta escena está representado Tezcatlipoca, el sol que se oculta, quien anuncia la oscuridad y es creador y señor de los hechiceros; está acompañado de una calavera. En la sección central domina la representación dual de Mictlantecuhtli-Quetzalcóatl. En el área inferior encontramos imágenes de guerreros con prisioneros de guerra, que complementan el pasaje relativo al sacrificio humano.
El eje central de la composición es la unión de la dualidad vida-muerte; arriba se expone a sol como Tonatiuh, fuente primigenia del ciclo vital, cuya permanencia se garantiza con los sacrificios de hombres y dioses. Al centro encontramos a Tláloc: un poco oculto, con un cuerpo formado por los canales de agua de la antigua ciudad México-Tenochtitlan. También se pueden observar veinte grifos relacionados con el tonalpohualli, el calendario ritual más importante de los mexicas, centro de sus fiestas y cálculos astronómicos. Esta sección culmina con la imagen del mito de la fundación de México-Tenochtitlan, el águila posada en un nopal devorando una serpiente.

Muro sur: pasado colonial


Esta zona aborda la cultura occidental y el carácter dual de la dominación española y de la época colonial: el aspecto piadoso y espiritual contra la conquista violenta por las armas.
Al centro del panel destacan dos círculos enormes que ilustran dos posturas antagonistas: a la izquierda está una figura circular donde se representa el sistema geocéntrico de Claudio Ptolomeo, en el cual el Sol gira alrededor de la Tierra; a la derecha está la figura circular que representa la concepción de Copérnico sobre el universo, donde la Tierra gira alrededor del Sol.

La parte izquierda del mural, dominada por la figura del sol, contiene la llamada “conquista espiritual”, relacionada con el principio cristiano del bien. Bajo el gran círculo izquierdo aparece la figura de Cuauhtémoc, ”águila que cae”, quien simboliza la derrota de la civilización mexica. La sección derecha del mural, dominada por la luna, representa la conquista por la espada. O´Gorman asocia la revolución astronómica de Copérnico con el principio cristiano del mal, basado en el hecho de que en esa época el saber científico se contraponía a las creencias religiosas.
En el centro del panel se halla la síntesis de las dos posturas y donde se resuelven las oposiciones de los flancos: la cultura criolla. En la porción central superior está el escudo de los Habsburgo, la principal casa real de la época colonial; hacia abajo siguen los símbolos masones como otro elemento del poder colonial; finalmente, en la base está un iglesia de tipo barroco, mestiza y mexicana.

Muro oriente: mundo contemporáneo


Aquí se repite la confrontación de elementos a ambos lados del eje central, en esta ocasión poniendo en juego la dualidad tradición-progreso, referidas a los dos aspectos del progreso social de México: la ciudad y el campo. Está representada la historia desde la Revolución Mexicana hasta la modernidad de mediados del siglo XX, representada por el átomo. Aquí está simbolizada la unión de los opuestos que construye a la nueva sociedad mexicana; así participa el fuego como energía fundamental, a lo que se suma el trabajo del hombre, la energía del conocimiento que viene por la ciencia y la tecnología; y finalmente, la fuerza del espíritu, representada por el águila ascendente.

Muro poniente: la Universidad y el México moderno


En este muro, el artista plasmó sus ideas sobre lo que deberían ser la Universidad y la cultura nacionales. buscó una síntesis definitiva de la cultura nacional. Aquí, el tema a desarrollar fueron la ciencia y la técnica, así como el papel que deben jugar los universitarios ante la sociedad mexicana. La imagen más aproximada para este propósito fue la propia actividad universitaria y, por ende, el saber en sus relaciones con la sociedad y la vida productiva. Para ello, O´Gorman dispuso en las secciones laterales motivos prehispánicos, estudiantiles y populares, sin olvidar los deportivos.
Como esta cara mira hacia la parte exterior de Ciudad Universitaria, hacia la avenida de los Insurgentes, sirve también como identificación de la Universidad y del papel que originalmente jugaría este edificio en el conjunto de inmuebles: las letras BN y HN se refieren a Biblioteca Nacional y Hemeroteca Nacional, respectivamente.

(Fuente: Wikipedia)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.