viernes, 17 de octubre de 2014

Fragmento de "Cabeza de turco" - 1985 - Günter Wallraff



“Pero por mucho que Adler haya hecho su fortuna a base de basura, polvo, inmundicia o, para no salirse de su terminología, a base de mierda, el caso es que, por lo que respecta a su propia persona, es de lo más meticuloso en cuanto a limpieza y aseo. Experimenta un miedo histérico a tocar la suciedad de este mundo. Sus obreros-esclavos son para él la casta de los impuros, de los intocables, le dan asco y quisiera mantenerse a la mayor distancia posible de ellos. Y cuando van a su casa una y otra vez para reclamarle sus salarios, la indignación que siempre le sobreviene no obedece sólo al aligeramiento financiero que le amenaza, sino a la confrontación y proximidad directas –que le provocan exactamente el mismo espanto- con el sudor, la suciedad y la miseria, no obstante el hecho de que cada uno de los reclamantes acude siempre limpio y correctamente vestido a exponer sus peticiones. La única excepción fui siempre yo (Alí). Por lo general me presentaba en su pulcro barrio residencial –y lo hacía de modo totalmente deliberado- vestido con mis sucias, grasientas y embarradas ropas de trabajo, y allí me quedaba plantado sobre el felpudo, ante sus horrorizados ojos, como imagen de carne y hueso de lo que es un currante mugriento y andrajoso por causa del trabajo.”


Este fragmento literario me ha traído a la memoria inmediatamente las fotos que Sebastiao Salgado dedicó a aquel enjambre humano que en condiciones insufribles se afanaba por buscar algo de oro en la Sierra Pelada y por eso he encabezado la entrada con una de aquellas impresionantes imágenes, pero la verdad es que el libro se basa en otra realidad muy distinta, la de los obreros turcos en Alemania y sus también penosas condiciones de trabajo. El título original del libro es "Ganz unten" (En lo más bajo) y con el, su autor Günter Wallraff, quería denunciar la hipocresía y xenofobia imperante en la socidad en la que vivía y que presumía de estar muy lejos de ella, para ello se hizo pasar por un tal Ali Sinirlioglu, un inmigrante turco, disfraz con el que tiene acceso a los peores trabajos de la Aelmania Occidental. Se ayudaba de una peluca y unas gafas oscuras y embruteció su forma de expresarse para lograr su propósito. El libro no es sino un relato de sus experiencias durante ese experimento social. Como el mismo decía: 

"Yo no era un turco auténtico, eso es cierto. Pero hay que enmascararse para desenmascarar a la sociedad, hay que engañar y fingir para averiguar la verdad"