domingo, 27 de septiembre de 2015

Bette Davis: La actriz



"Se dejará caer sobre ti, te hará rodar como a un dado hasta que acabes sufriendo, tiene los ojos de Bette Davis". Eso era más o menos lo que nos contaba Kim Carnes en su famosa canción "Bette Davis eyes", de la que dejamos un vídeo al final,  y ciertamente la Davis sabía imprimir a sus personajes una fuerza y un carisma apabullante, era capaz de jugar con el resto de actores como si fueran una peonza, siempre bajo la atenta vigilancia de dos ojos inclasificables que dominaban la pantalla e hipnotizaban a los espectadores. 

A base de grandiosas interpretaciones terminó por ganarse el titulo de "La reina de Hollywood", aunque para otros muchos fue simplemente "La loba" que era lo que le decían: "¡por ahí va la loba!" cuando la reconocían en cualquier sitio, un apodo que se ganó gracias a su esplendorosa actuación en la película del mismo nombre.

Si se piensa en ¿qué es una actriz de verdad? siempre pensaremos en ella y puede que desde hace unos años también en Meryl Streep. Sus personajes estaban llenos de matices y aristas, hasta convertirse en iconos inolvidables, bien fuera por el magnetismo que irradiaban, por su fuerza, su maldad, su carácter o su determinación para lograr sus propias ambiciones, haciendo que todo a su alrededor se moviera al son de sus pensamientos. 

Tradicionalmente se ha asociado a Bette con papeles de mala y aunque esto no tiene que ser así necesariamente, si que es cierto que generalmente los roles que acababan en sus manos eran normalmente de seres vehementes y apasionados, sin reparos para defender su propia idea o ambición, capaces de sacar las uñas si hiciera falta, en definitiva, personajes seguros de sí mismos, que dicen lo que piensan sin importar las consecuencias, como quizás querríamos hacer todos un poco. 

Su físico y sus ojos saltones, esos míticos ojos que podían asesinar o deshacer a quien intentara mantenerle la mirada, provocaron que Bette no fuera fácil de encuadrar en ninguna de las tipologías de actrices que por entonces había en Hollywood. No podía ser una niña bonita, dulce y cariñosa simplemente, no servía como un elemento decorativo, y tampoco como una femme fatale del cine negro, ya que su persona no lograba transmitir esa especie de irremediable rendición sexual para los hombres que se cruzaran en su camino, tan necesaria en ese rol. Pero lo que era innegable es que allí había algo.

Todo cambió cuando interpreto a "Mildred" en "Cautivos del Deseo", una desalmada camarera que corrompe a un estudiante y que le sirve para imponer con una actuación impresionante una nueva forma de interpretar basada en el especial tipo de ampulosidad y carácter que transmitía a su personaje y que después fue infinitamente copiado por muchas de las actrices que la siguieron. Pero... ¿quién puede superar al original?

Sus enfados y arrebatos, los dardos envenenados que escupía por su boca, haciéndola parecer un perro endemoniado a punto de atacar a quien se le opusiera en escena, hacían de sus personajes, seres verdaderamente atrayentes y complejos y de sus películas verdaderos imanes para la audiencia. "Jezabel", "La carta" o "La loba", son muestra de este increible talento, y a todos los espectadores nos resultan papeles inolvidables, por la viveza y singularidad que Bette era capaz de otorgarles en su recreación.

Su particular voz, y su físico le permitían parecer tanto una desvalida mujercita como  la mujer más fría del mundo. Su paleta de colores era realmente amplia y sorprendente, así no siempre tenía que aparecer como una verdadera hiena, a veces sorprendía a todos con otros registros como en "La extraña pasajera" donde incluso se muestra como un ser deseable o "Un gánster para un milagro" donde inspira compasión y cariño, en ese papel de mendiga que vende manzanas. Y es precisamente por estas cualidades camaleónicas y ser capaz de abordar todo tipo de registros por lo que es "La reina de Hollywood", por ser capaz de alejarse de los propios clichés que le han sido otorgados y sorprendernos con otros recursos actorales completamente opuestos. 

Una de las cumbres de su carrera llegaría con la grandiosa "Eva al Desnudo" y con su papelón en la misma, Margo Channing, en el que como un camaleón va cambiando según lo requiere el guion y abre un abanico de recursos actorales impresionante apareciendo ante nosotros como dominante o insegura, como agresiva o vulnerable, como mala o buena según lo pide la trama, lanzando sobre nosotros oleadas de buena interpretación que obligan a repetirnos cada pocos minutos !esto es cine, esto es actuar de verdad!! 

A partir de una cima tan inaccesible e insuperable sólo quedaba descender poco a poco, en papeles más o menos memorables, siendo paulatinamente relegada por una nueva generación de estrellas que iba pidiendo sitio. A pesar de ello, Bette, mujer tan sorprendente como sus personajes, no estaba dispuesta a entregar el testigo fácilmente y para defenderlo llega incluso a publicar en un ataque de orgullo un anuncio en un periódico en que decía "Actriz con amplia experiencia y dos oscars busca trabajo. Firmado: Bette Davis". Entonces llegaron un par de papeles crepusculares que supusieron un glorioso canto de cisne, aunque vinieran aun más películas posteriormente. El primero seria "¿Qué fue de Baby Jane?" Un impresionante trabajo al que seguiría "Canción de cuna para un cadáver". Sus batallas interpretativas con otras actrices como Joan Crawford u Olivia de Havilland son memorables al igual que los dardos que se lanzaban.



Otros artículos sobre Bette Davis ya publicados en este blog:

Bette Davis: Cuidado que araña








Y por supuesto el tema de Kim Carnes con una buena selección de fotos de la actriz:






"Soy la maldita mejor dama que ha existido."

Bette Davis



Las fotos han sido tomadas de "Doctor Macro"