lunes, 31 de octubre de 2016

"Me basta así" - Ángel González




Si yo fuese Dios 
y tuviese el secreto, 
haría un ser exacto a ti; 
lo probaría 
(a la manera de los panaderos 
cuando prueban el pan, es decir: 
con la boca), 
y si ese sabor fuese 
igual al tuyo, o sea 
tu mismo olor, y tu manera 
de sonreír, 
y de guardar silencio, 
y de estrechar mi mano estrictamente, 
y de besarnos sin hacernos daño 
—de esto sí estoy seguro: pongo 
tanta atención cuando te beso—; 
                                entonces,
si yo fuese Dios, 
podría repetirte y repetirte, 
siempre la misma y siempre diferente, 
sin cansarme jamás del juego idéntico, 
sin desdeñar tampoco la que fuiste 
por la que ibas a ser dentro de nada; 
ya no sé si me explico, pero quiero 
aclarar que si yo fuese 
Dios, haría 
lo posible por ser Ángel González 
para quererte tal como te quiero, 
para aguardar con calma 
a que te crees tú misma cada día 
a que sorprendas todas las mañanas 
la luz recién nacida con tu propia 
luz, y corras 
la cortina impalpable que separa 
el sueño de la vida, 
resucitándome con tu palabra, 
Lázaro alegre, 
yo, 
mojado todavía 
de sombras y pereza, 
sorprendido y absorto 
en la contemplación de todo aquello 
que, en unión de mí mismo, 
recuperas y salvas, mueves, dejas 
abandonado cuando —luego— callas... 
(Escucho tu silencio. 
                     Oigo 
constelaciones: existes. 
                        Creo en ti. 
                                    Eres. 
                                          Me basta).


El poema tiene por título "Me basta así" y está recogido en el libro "Palabra sobre palabra" del gran poeta ovetense Ángel González, miembro de la Real Academia de la Lengua y Premio Principe de Asturias de las letras en 1985. Sobre la escultura que abre la entrada siento no aportar ningún dato pues nada sé de ella, más allá de sentir que parece estar viva y que si yo fuese Dios, y tuviera el secreto, crearía un ser exacto a ella.

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viernes, 28 de octubre de 2016

¿Seguro que es el Everest la montaña más alta del mundo?




Si preguntáramos ¿Cuál es la montaña más alta del mundo?, seguro que todos diremos a coro, el Everest. Pero en esta pregunta concreta no nos quedará más remedio que recordar la que ya se define como "Ley Campoamor", osea aquella que recuerda el verso del poeta del mismo nombre que decía: «En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira». Y es que ciertamente si medimos la montaña desde su base terrestre (por encima del nivel del mar) la más alta sería sin duda el Everest con sus 8848 metros, pero si midiéramos la altura total, incluso la que pudiera estar sumergida, entonces el más alto sería el volcán hawaiano Mauna Kea , que si bien sobre la superficie del mar solo muestra 4205 metros, guarda bajo las aguas una altura añadida de 6000 metros más. Pero claro, todavía la cosa puede complicarse más  y si buscáramos cual es el punto de la tierra que más se adentra en el espacio, o si quieren cual es el que más distancia guarda desde su cima hasta el centro de la Tierra, entonces la respuesta será distinta. Debido a que la Tierra es un geoide que tiene una forma irregular, la montaña que se encuentra más beneficiada por esta anomalía es el volcán ecuatoriano Chimborazo, que es el que se ve en la imagen de arriba y cuya cima, a 6310 metros, es el lugar en el que más cerca estaríamos del Sol, de tener los suficientes pulmones para encaramarse a ella. 

Así, en cumplimiento estricto de la ya mentada Ley Campoamor, estoy absolutamente seguro que si hiciéramos la pregunta de arriba a un ecuatoriano, a un hawaiano y a un nepalí , obtendríamos tres respuestas absolutamente diferentes y curiosamente ninguna incorrecta. Las cosas….


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¿Está basado Don Quijote en un personaje real?





En estos días nos sorprende la prensa con la noticia de que nuestro caballero enamorado se basaba en un personaje real, un sacamuelas del Toboso llamado Agustín Ortiz, que la emprendió a espadazos con una cruz que había junto a unos molinos. Yo las similitudes las veo muy cogidas por los pelos, pero doctores tendrá la iglesia. Esta teoría se basa en unos documentos descubiertos por el historiador Francisco Javier Escudero en el Archivo Diocesano de Cuenca,  Los hechos ocurrieron en 1594 y según el acta inquisitorial el ataque se desarrolló cuando Agustín Ortiz fue a moler grano a unos molinos y se topó con Pablo López y Pedro de Morales con los que ocurrió lo siguiente: 

"Tras una acalorada conversación, y en lo que podría considerarse un airado ajuste de cuentas, Agustín desenvainó su espada y comenzó a hacer astillas una cruz de madera que había junto al molino". 
-¡Mirad cómo corta mi espada! -les amenazó Ortiz de acuerdo a la transcripción del acta. 
-Quitaos de ahí, ¿estáis tonto? -respondió Morales- ¿No veis que es una cruz?
-¡Mirad cómo corta! -insistió aquél mientras se desfogaba con dos vigas de madera de humanas proporciones, según los testigos. 
-Mira que es mala la cristiandad -intervino López. -Eso no se puede hacer, ¡hombre del diablo! 
-añadió Morales. -Los molinos os están mirando...

El mismo historiador mantiene que Don Quijote podría estar basado en tres personas y no solo en una. Aparte del mentado sacamuelas, los otros dos serían Pedro de Villaseñor y Francisco de Acuña y ahora si que encuentro ecos claros para identificar al personaje. Pedro de Villaseñor, era amigo de Cervantes como él mismo escritor reconocía en «Los trabajos de Persiles y Sigismunda» y tenía aficiones de lo mas curiosas. Este Villaseñor y Francisco de Acuña, otro hidalgo manchego, intentaron matarse a lanzazos en el camino que va del Toboso a Miguel Esteban en 1581, según textos del Archivo Histórico Nacional y otros de órdenes militares. Y no es solo eso, Pedro Villaseñor y Acuña tenían la manía de salir a diario vestidos de caballeros medievales con cascos, broqueles, cotas, montantes y dagas,

Aunque todo parece indicar que la obra de Cervantes tuvo algunos nexos de unión con la realidad, no creo que todo esto desvele en exceso las cuitas de Don Quijote por su amada Dulcinea, ni afecte lo más mínimo a la dimensión de su personaje y sus historias o al talento de su creador. Si para algo sirve la anécdota es para contarla en una reunión de amigos. Y es que Don Quijote tenía muy claro quien era:

"Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil" 

Para ilustrar la entrada e intentando evitar al inevitable Gustave Doré, he elegido el cartel de la película "Don Quijote" que Georg Wilhelm Pabst rodó en 1933.

Os dejo el enlace a ambas noticias para quien quieran profundizar:


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jueves, 27 de octubre de 2016

Franz Liszt y el orgullo




Franz Liszt era un auténtico prodigio tocando el piano y por su habilidad técnica y por su propia apariencia llegó a inspirar los mismos rumores que Paganini acerca de un posible pacto con el diablo para conseguir tales habilidades. La verdad es que tenía unas manos inmensas al igual que el violinista lo que le permitía conseguir registros al piano imposibles para otros intérpretes. Además de esta faceta suya de gran estrella de la interpretación era un portentoso compositor y una de las personalidades más singulares de la historia de la música, motivo por el cual Liszt era continuamente reclamado en todos los rincones de Europa. En una de estas giras ofreció un concierto para el Zar Nicolas I de Rusia y en el transcurso del mismo el Zar se puso a hablar con su secretario y como quiera que aquello paso de ser algo más que un simple comentario y se prolongaba en el tiempo, Liszt se sintió ofendido en su orgullo de artista y paro de tocar. El Zar dejó de hablarle a su secretario y le preguntó al artista el motivo de su pausa a lo que Liszt contestó inclinándose cortésmente ante Don Nicolás:

-"Cuando su majestad habla, todos los demás debemos callar". 

Según se cuenta, en aquel momento el Zar salvó el trance con una amable sonrisa y le indicó con un ademán que podía continuar, cosa que el músico hizo de inmediato. Pero aquello fue sólo una escenificación de cara al público. La realidad era otra y es que la osadía de Liszt le salió bastante cara al suponerle la inmediata expulsión de Rusia y la declarada enemistad del Zar, algo determinante, toda vez que fue este Zar el que negó el divorció a Carolina Ivanovska, Princesa de Sayn-Wittgenstein, mujer con la que Liszt mantenía una muy sería relación sentimental y que no pudo acabar en matrimonio por el rencor imperial. "Como artista, no recoges un millón de marcos sin hacer algún sacrificio sobre el altar del Arte."  Son palabras del propio Liszt que quién sabe si fueron inspiradas por aquel costoso arrebato de orgullo ante el Zar de todas las Rusias.

Abajo, en los vídeos, podemos ver en primer lugar a Vladimir Horowitz, posiblemente el mejor de los pianistas de los que se tiene registro sonoro (hago esta apostilla, por que si queremos decir de la historia posiblemente deberíamos contar con Liszt también), interpretando una de las piezas de Liszt, en concreto la delicada "Consolacion nº 3". Le sigue el pianista de moda Lang Lang con otra amorosa pieza "Sueño de amor" y por ultimo veremos al espectacular Evgeny Kissin (ganador del premio Chopin) tocando la impresionante "Campanella", pieza en la que se dan la mano Paganini autor original y Liszt que la adapta al piano, resultando esta una de las piezas más difíciles del repertorio pianístico y habitual encore-bis de muchos conciertos.


"Consolación nº 3" por Vladimir Horowitz




"Sueño de amor" por Lang Lang




"La Campanella" por Evgeny Kissin

martes, 25 de octubre de 2016

María Yúdina, la pianista que venció a Stalin



La relación de Stalin con algunos de sus grandes músicos era realmente difícil, de ello puede dar buena cuenta el genial Dmitri Shostakovich que vivió durante muchos años atemorizado por la acogida que pudieran tener sus obras y la lectura que de ellas se pudiera hacer. Shostakovich fue compañero de estudios musicales de la portentosa pianista Maria Yúdina, una de las pocas voces que mostró sin miedo su disconformidad con el régimen comunista. Si el compositor se amoldaba como bien podía al pensamiento exigido por el partido, la pianista era una rebelde sin remedio. Era judía en una época en la que no estaban demasiado bien vistos en Rusia, pero por determinadas influencias terminó rizando el rizo y se convirtió en una convencidísima seguidora del Cristianismo Ortodoxo y tenía a gala no esconder su pensamiento religioso en unos tiempos en que ello era motivo inmediato de traslado a un gulag. Su maestría al piano era legendaria, sus interpretaciones de Bach, Beethoven o Mozart inolvidables, pero su forma de pensar la tenía siempre relegada a un segundo plano. Para las autoridades no era muy de recibo aquella señora que siempre vestía el mismo vestido negro y que según Shostakovich parecía ser el único que tenía de desgastado como estaba, que no utilizaba para nada cosméticos ni cuidaba lo más mínimo su apariencia en una muestra extrema de ascetismo. Solo había una cosa que no olvidaba en su vestuario, colgarse del cuello una cruz y declarar con ello a los cuatro vientos su pensamiento, costara lo que costara. Su vida se reducía en definitiva a dos cosas: la música y su fé.

Cuenta Shostakovich en sus memorias que María Yúdina le había contado la peculiar historia de cómo había grabado el concierto número 23 de Mozart. Ocurrió en 1943. En esas fechas todo el pueblo ruso se reunía junto a la radio para escuchar los partes de guerra: "Habla Moscú...."  y después, para relajar un poco la tensión, ofrecían un concierto de música clásica. En aquella ocasión la obra elegida era el hermoso concierto nº 23 de Mozart pero habiendo caído en desgracia el pianista que iba a tocarlo llamaron de inmediato a la solvente aunque "díscola" María Yúdina que aceptó el encargo. Hacía pocas fechas que la pianista había recibido la noticia de la injusta muerte de una de sus mejores amigas y en ese estado de ánimo toco el concierto, cargando su ejecución de las intensas emociones que estaba viviendo, algo que inmediatamente contagió al resto de la orquesta y que provocó una atmosfera especial, sobre todo en el hermoso adagio de la obra. Uno de los radioyentes de aquella noche fue Stalin, quien admiraba profundamente a la pianista a pesar de sus ideas y comportamiento y cuando escuchó el adagio quedó atrapado por sus notas.

 Tan pronto terminó el concierto y sin pasar por intermediarios, Stalin llamó al Jefe del Radio-Comite y según nos cuenta Shostakovich la conversación fue como sigue:
“–Me han dicho que desde su estudio de radio se ha transmitido el concierto de Mozart para piano y orquesta, interpretado por la pianista María Yúdina
–Sí, Iósif  Vissariónovich  (Stalin), así es, desde el nuestro.
–¿Ha sido el concierto grabado en un disco?
                Las alarmas saltaron en la cabeza de aquel pobre hombre. El concierto había sido retransmitido en directo y no había sido grabado, pero le pareció que podía costarle la vida el decirle un no al todopoderoso Stalin y sin meditarlo mucho más se limitó a decir:
–Sí, Iósif  Vissariónovich .
–Entonces, envíenmelo mañana a mi chalet en Kuntsevo, a las 9 de la mañana.

Los deseos de Stalin eran ordenes y si el disco no estaba grabado, tenían toda una noche para ponerle remedio. El Jefe del Radio-Comite llamó al KGB desde donde el Camarada Comandante le prometió ayuda. De esta manera empezaron a buscar músicos competentes con los que grabar el concierto, cosa nada fácil puesto que muchos de los que habían participado en la retransmisión en directo eran de fuera de la ciudad y estaban de regreso e ilocalizables, tal y como ocurrió con el director.

Poco a poco, fueron reclutándose los músicos capaces de abordar una obra de ese calado con garantías y fue necesario buscar a más de un director debido al temblor de piernas que provocaba el que aquel desafío de grabar un concierto a toda prisa para agradar a Stalin no saliera todo lo bien que debiera.

Tanto a los músicos como a María Yúdina fueron a buscarlas en los típicos vehículos con los que la policía iba a apresar a los críticos con el régimen, los temidos "Voronok", motivo por el cual, la pianista cuando fue invitada a acompañar a unos agentes y vio el vehículo sin recibir más explicación, pensó que todo había llegado a su fin. Tan solo respiró aliviada cuando llegó a la Radio y supo la verdadera razón de su traslado. Ante ella se encontró con un grupo de competentes pero temerosos músicos que difícilmente estaban en condiciones de lograr una grabación memorable. María Yúdina que sabía que aquella grabación iba a ir directamente a las manos de Stalin, se sintió especialmente motivada para volcar toda su rabia y dolor en el concierto y así a través de las notas de Mozart hacérselo llegar al que era causante del mismo. La pianista, que tenía el respeto de todos los músicos, logró con su energía y determinación cohesionar a la orquesta y que aquella noche, no se sabe cómo, lograran una actuación magistral.

Se cuenta que cuando llegó el segundo movimiento, el Adagio, Maria Yúdina, con lagrimas cayendo de sus ojos, logró convertir las notas en un Requiem por todos los desaparecidos del régimen. Cuando terminó el concierto no fue el temible Voronok el que devolvió a la pianista a su domicilio, ahora era un flamante coche del Estado el que trasladaba a una Maria Yúdina que se encontraba visiblemente cansada después de enfrentarse dos veces seguidas a un concierto ciertamente exigente y en una situación en la que las emociones eran muy intensas.

Stalin era al parecer un melómano empedernido y por su tocadiscos pasaban todos los discos que se grababan en la antigua URSS. Tras escucharlos emitía su juicio que determinaba el destino del disco. Si en la cubierta escribía una J (Jaraschó) el disco quedaba autorizado a circular, más si lo que dejaba escrito era una P (Ploja) el disco no vería la luz y el acetato volvería a ser convertido en pasta.

Por supuesto a las nueve de la mañana el disco se encontraba ya en las manos de Stalin. Se cuenta que estuvo varios días en su dacha escuchando repetidamente el disco y muy especialmente el adagio, incluso hay quien afirma que Stalin derramaba lágrimas cuando comenzaban las primeras notas del adagio. No creo que Stalin se dejara ver en este estado pero eso cuentan. Lo que si es indudable es que el efecto que le produjo la grabación del Concierto de Mozart debió de ser grande cuando en agradecimiento a la artista, -recordemos que nada bien vista por el régimen- le mandó un emisario con un sobre que contenía 20.000 rublos de entonces (una suma formidable en aquellos tiempos) y el Premio Stalin de primer grado, un galardón que le abriría de una vez por todas las puertas de todos los teatros y la libraría del segundo plano al que injustamente había sido relegada.

Yudina, que vivía prácticamente en la miseria, como más adelante contaremos, al recibir el sobre preguntó:
–¿Qué es esto?
–Una ayuda y recompensa, el Premio Stalin de primer grado y los 20.000 rublos. Con esta suma se puede comprar un chalet en la periferia de Moscú con unas hectáreas de terreno en una zona más prestigiosa.

La pianista no tardó mucho en reaccionar
–"Decid a Iósif  Vissariónovich , que le estoy agradecida. ¿Podría Ud. pasarle una carta personal para él, dentro de unos días?”
–"Estoy a su servicio" –contestó el enviado de Stalin.

La contestación fue toda una muestra de valentía. Aquella pequeña mujer que nada tenía excepto su fe, su talento y su dignidad le mando a Stalin la siguiente respuesta:

"Le agradezco, Iósif Vissariónovich, su ayuda. Rezaré por usted día y noche y pediré al Señor que le perdone sus grandes pecados contra el pueblo y el País. El Señor es misericordioso y le perdonará. En cuanto al dinero lo he donado a la iglesia a la que asisto para celebrar oraciones perpetuas por sus pecados"

No se sabe cómo, pero María Yúdina no fue castigada por su desplante. Puede que la devoción de Stalin por esta pianista la salvara. El caso es que cuando 10 años más tarde murió Stalin en su dacha, el disco que se encontraba puesto en el gramófono era el Concierto para piano nº 23 de Mozart que en tan singulares circunstancias había sido grabado para él y del que actualmente existe copia disponible para todos en cd.

La anécdota debería acabar aquí, pero no me resisto a contar otro detalle que da más valor aun a la renuncia al dinero que hizo la pianista, una persona comprometida con los más necesitados y que nunca supo quedarse con nada para ella misma. Contaba Shostakovich:

“Ella vino a verme una vez, y dijo que vivía en una pequeña habitación miserable  donde no podía trabajar ni descansar. Así que firmamos una petición y fui a ver a varios burócratas. Le pregunté a un montón de gente pidiendo ayuda, les quité un montón de tiempo. Con gran dificultad conseguimos un apartamento para Yúdina.  Se podría pensar que todo estaba solucionado  y que la vida podría continuar. Poco tiempo después, ella vino a mí de nuevo y me pidió ayuda en la obtención de un apartamento para ella. “¿Qué?! Pero nos dieron un apartamento para usted! ¿Para qué necesita otro?” Le di el apartamento a una pobre anciana.” 

En otra ocasión Shostakovich y unos amigos reunieron cinco rublos para que la pianista pudiera arreglar una ventana a la que le faltaban los cristales en su vivienda. Cuando fue a su apartamento, en pleno invierno ruso pudo ver que seguía faltando el cristal y la ventana se encontraba tapada con un simple trapo que para nada lograba detener un frio inmisericorde. Shostakovich le dijo:
- María Veniamínovna, te dimos dinero para arreglar la ventana. 
Y ella respondió: -Se lo di a las necesidades de la iglesia.
- La iglesia puede tener diferentes necesidades -protestó Shostakovich- pero el clero no suele sentarse en el frío, después de todo, con las ventanas rotas. La abnegación debe tener un límite racional.

María Yúdina murió en la ciudad de Moscú en 1970, cuando contaba 71 años de edad.

Sin duda una grandiosa pianista y un personaje verdaderamente interesante que considero es demasiado poco conocida a pesar de su indudable talento.

La anécdota principal esta tomada del libro "Historia insólita de la música clásica I" de Alberto Zurrón (que os recomiendo a todos los melómanos) y completada con otras fuentes de internet.

Y como no podía ser de otra forma aquí queda el Concierto para piano y orquesta nº 23 - K 488 de Mozart con el gran Mauricio Pollini al piano y acompañado por la Filarmonica de Viena dirigida por Karl Bhöm





Para los curiosos que quieran escuchar la grabación que María Yúdina hizo del Concierto nº 23 para Stalin os dejo un vídeo con el Adagio. El sonido no por supuesto comparable al de una grabación moderna, pero nos permite oír a la gran pianista rusa:







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lunes, 24 de octubre de 2016

José Saramago por él mismo




En cierta ocasión le preguntaron a José Saramago: 
- ¿Cómo los hombres pueden ser buenos sin Dios? 
- ¿Cómo los hombres pueden ser tan malos con  Dios? - Fue la aguda respuesta dada por el escritor y premio Nobel portugués  José Saramago, del que ahora pasamos a recordar algunas citas y pensamientos:

"El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir"

"Se estrecha la cultura y se ensanchan las desigualdades. No sólo las desigualdades entre ricos y pobres, sino entre los que saben mucho y los que saben poco, y cada vez saben menos. La ignorancia se está expandiendo en el mundo de una forma aterradora. Hay una minoría que lo sabe todo y lo controla todo y una mayoría que sabe poco y cada vez sabe peor lo que cree saber. La educación, desde la escuela hasta la Universidad, es un desastre, es una fábrica de producir ignorantes".

"Escribo para comprender, y desearía que el lector hiciera lo mismo, es decir, que leyera para comprender. ¿Comprender qué? No para comprender en la línea que yo estoy tratando de hacerlo; él tiene sus propios motivos y razones para comprender algo, pero ese algo lo determina él. Lo que no quiero es que se quede en la superficie de la página. Cuando alguien está en una lectura y levanta la mirada como si estuviera aprendiendo con mucho más intensidad lo que acaba de leer, es el momento en el que ese alguien está totalmente involucrado, como si pensara: esto es mío, esto tiene que ver conmigo. Uno saca de la lectura lo que necesita"

"Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista: tienes que leer"

"El hombre es el inventor de la crueldad. Sé que tengo que gobernar la bestia que llevo dentro; algo así hacemos con la razón; pero la crueldad es fruto de la razón. La misma razón que crea."

"Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal".

"Vale la pena detenernos a pensar qué es lo que está pasando con nosotros. Si uno escribe libros y si entiende, como lo ha entendido Kafka, que el libro debe ser como una hacha que rompe y quiebra el mar helado que llevamos dentro de nuestra confianza -lo que no impide obviamente la existencia y la necesidad de una literatura de diversión-, pero si algún libro se propone a ser por lo menos esa hacha, entonces creo que la literatura se justifica". 

"Actualmente los laboratorios invierten más en mejorar y producir viagra y en desarrollar mejores prótesis mamarias que en medicamentos para el Alzheimer. Esto provocará -en el curso de unos años- que más gente de la tercera edad tendrá mejores erecciones y senos más prominentes, pero no recordarán para que los tienen."

"El bien y el mal no existen en sí mismos, y cada uno de ellos es sólo la ausencia del otro"

"¿Que cuántos años tengo...? Que importa eso... Tengo la edad que quiero y siento. La edad es que puedo gritar sin miedo lo que pienso, hacer lo que deseo sin miedo al qué dirán o al fracaso. Pues tengo la experiencia vivida de mis años y la fuerza y la convicción de mis deseos. Que importa si cumplo veinte, treinta, cuarenta o setenta; lo que realmente importa es la edad que siento en mi corazón"

"Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos"

"Alguna vez he dicho que quizás yo no sea un novelista, que quizá lo que yo estoy haciendo son ensayos sobre temas que son importantes para mí y, a lo mejor, porque no soy capaz de escribir un ensayo o porque no me siento a gusto en ese tipo de comunicación, entonces creo algo parecido a una novela, para dar lugar a una reflexión. Y esto es tanto más cierto cuanto yo creo que ahora mismo la novela ha dejado de ser un género literario para transformarse en un lugar literario. En la novela puede confluir todo, la filosofía, el arte, el derecho, todo, incluso la ciencia, todo, todo. La novela como una suma, la novela como un lugar de pensamiento".

"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa."

"Conozco esas lágrimas que no caen y se consumen en los ojos, conozco ese dolor feliz, esa especie de felicidad dolorosa, ese ser y no ser, ese tener y no tener, ese querer y no poder"

"La democracia se ha convertido en un instrumento de dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los abusos de este poder"

"Pretendemos comprender la vida a través de sus coherencias e identidades, cuando ciertamente estas se explican por sí solas y no nos aportan nada. Deberíamos buscar la comprensión a partir de sus contradicciones, pues estas si nos aportan información de la vida y la realidad."

"Alonso Quijano no estaba loco. Lo que estaba era harto, y por eso eligió otra vida."

"No es que sea pesimista, es que el mundo es pésimo"

"La palabra es lo mejor que se puede encontrar, la tentativa siempre frustrada para expresar eso a lo que, por medio de palabra, llamamos pensamiento."

"Es mentira que el Nobel sirva para fomentar la literatura del país al que pertenece el galardonado. Para lo único que vale es para engrosar la cuenta corriente del autor."

"Como cualquier otro lector o escritor,  me busco a mí mismo. Busco encontrarme en mis páginas, en ideas, en reflexiones, reconocer que somos algo más que esto que se presenta como "realidad", ese sigue siendo el mayor deslumbramiento"

"Déjate llevar por el niño que fuiste."

"Cuanto más te disfraces más te parecerás a ti mismo"

"La memoria es selectiva y tiende a borrar las partes duras, va armando un recuerdo basado sólo en lo más dulce"

"El humano es un ser que está constantemente en construcción, pero también, y de manera paralela, siempre en un estado de destrucción"

"Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran"

"Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vez puede lo que sabe"

"No creo en Dios... y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la  intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del palmeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, solo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona"

"La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad"

"He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto. Es un intento de colonización  del otro"

"Puede ser que mi verdad sea para ti mentira. Puede ser, si, la duda es el privilegio de quien ha vivido mucho, tal vez por eso no consigues convencerme para que acepte como certeza lo que me suena a falsedad"

"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva"

"Hay dos grandes potencias en el mundo: los Estados Unidos y tú"

"Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos"

"Tal vez esto es lo que llaman el destino, saber lo que va a ocurrir, saber que no hay nada que pueda evitarlo y quedarse quietos, mirando, como puros observadores del espectáculo del mundo"

"El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que solo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime"

"Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos; sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir"



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sábado, 22 de octubre de 2016

Fragmento de "Rayuela" (1963- Julio Cortazar)




"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."


La foto se titula "Les amoureux du Quai du Louvre"  Paris, 1955 y es obra de Frank Horvat


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viernes, 21 de octubre de 2016

Fragmentos de "Más allá del bien y del mal" - (1886 - Friedrich Nietzsche)





«La madurez del hombre consiste en recuperar la seriedad con que jugaba cuando era niño»

«Cuando un pueblo que sufre voluntariamente la fiebre nerviosa de un nacionalismo y de un patriotismo político ambicioso ve pasar sobre su espíritu numerosas nubes y perturbaciones de todo tipo, o, en suma, cortos accesos de estupidez, no queda otro remedio que resignarse»

«Los hombres más semejantes, más comunes, han tenido y siguen teniendo ventaja; mientras que los más selectos, más refinados, más excepcionales y más difíciles de entender corren fácilmente el riesgo de quedarse aislados, de perecer ante los peligros y de reproducirse en muy contadas ocasiones. Habrá que recurrir, pues, a fuerzas contrarias muy poderosas para poder hacer frente a ese avance natural, demasiado natural hacia lo semejante, que hace a los hombres cada vez más parecidos, más corrientes, más gregarios y más vulgares»

«Hay una forma inocente de admirar: la de aquel a quien aún no se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de que algún día él también puede ser objeto de admiración»

«Muy pocos son independientes; este es un privilegio de los fuertes. Y quien, sin necesidad, trata de serlo, aunque tenga todo el derecho a ello, demuestra no sólo que es fuerte, sino sumamente temerario. Se mete en un laberinto, multiplica los peligros que ya entraña la vida, se aísla y es desplegado trozo a trozo por cualquiera de los minotauros que hay en las cuevas de la conciencia. Si ese hombre pereciera, sería tan lejos de la comprensión de los hombres, que éstos no lo sentirían ni le compadecerían. ¡Y él no puede retroceder ni regresar a la compasión de los hombres!»

«Por lo que más nos castigan es por nuestras virtudes»

«Guardaos de quienes valoran mucho el que confiemos en su tacto y en su sutileza éticos a la hora de hacer distinciones morales. Si se equivocan alguna vez delante de nosotros o a causa nuestra, no nos lo perdonarán nunca. De forma inevitable pasarán a calumniarnos y a infamarnos, aunque nos sigan llamando “amigos”. Bienaventurados los olvidadizos, pues “asimilarán” incluso sus necedades»

«El bienestar, tal como lo entendéis, no es para nosotros una meta, sino el fin de todo, un estado que hace al hombre inmediatamente tan ridículo y despreciable que nos hace desear su ocaso. ¿No sabéis que sólo la disciplina del dolor, del gran dolor, es lo que ha permitido al hombre elevarse? Esa tensión del hombre en el infortunio, que le da fuerzas, esa forma que tiene el alma de estremecerse a la vista de una gran desgracia, esa inventiva y ese valor suyos para soportar esa desgracia, para perseverar en ella, para interpretarla y utilizarla, junto con todo lo que se le ha entregado al alma de profundidad, de misterio, de máscara, de ingenio, de astucia y de grandeza, ¿no lo ha conseguido mediante el dolor, mediante la disciplina del gran dolor?»

«Quien ha sufrido profundamente, tiene una soberbia y un hastío intelectuales, y se siente impregnado y como coloreado por una estremecedora certeza: la de que, debido a su sufrimiento, sabe más de lo que pueden saber los más inteligentes y eruditos; la de estar familiarizado con muchos mundos lejanos y terribles en los que ha “habitado”, y que nadie más conoce. Esa soberbia intelectual y solemne del que sufre, ese orgullo de quien ha sido elegido por el sufrimiento, del “iniciado”, del que casi es una víctima propiciatoria, necesita todo tipo de disfraces para protegerse del contacto de manos importunas y compasivas, y, en general, de todo aquel que no le iguala en sufrimiento. El dolor profundo nos ennoblece y nos separa de los demás»


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jueves, 20 de octubre de 2016

Cernuda, Serrat y un "Te quiero"



Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano tempestuoso;

te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;

te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.



El poema es obra de poeta sevillano Luis Cernuda (1902-1963) y se encuentra recogido en su libro "La realidad y el deseo", una colección de poemas que fue publicaa en 1936, fecha en la que comienza la Guerra Civil española, marchándose poco después de España. Moriría en 1963 en Ciudad de México lugar en donde se encuentra su tumba. Otro poeta que como Machado se nos quedó lejos. Cernuda tiene un poema llamado "Peregrino" que hace pensar en esta lejanía de su tierra impuesta al poeta:

¿Volver? Vuelva el que tenga,
Tras largos años, tras un largo viaje,
Cansancio del camino y la codicia
De su tierra, su casa, sus amigos,
Del amor que al regreso fiel le espere.
Mas, ¿tú? ¿Volver? Regresar no piensas,
Sino seguir libre adelante,
Disponible por siempre, mozo o viejo,
Sin hijo que te busque, como a Ulises,
Sin ítaca que aguarde y sin Penélope.
Sigue, sigue adelante y no regreses,
Fiel hasta el fin del camino y tu vida,
No eches de menos un destino más fácil,
Tus pies sobre la tierra antes no hollada,
Tus ojos frente a lo antes nunca visto

 Joan Manuel Serrat hizo una versión muy libre del primer poema, que sin alcanzar la excelencia de aquel si que obtuvo un resultado más que digno, logrando de paso popularizar la fuente original, al igual que le ocurrió con la obra de otros poetas. La canción terminó llamándose "Mas que a nadie".




La foto de cabecera es de Brassai y tiene por título "Pareja de amantes" (1933)


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miércoles, 19 de octubre de 2016

Las cartas de suicidio de Virginia Woolf



28 de Marzo de 1941

Queridísimo, 


     Estoy segura de que me estoy volviendo loca de nuevo. Siento que no podemos superar otro de aquellos terribles tiempos. Y no voy a recuperarme esta vez. Empiezo a oír voces y no me puedo concentrar. por lo tanto, estoy haciendo lo que me parece mejor. Tú me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en cada aspecto todo lo que se podría ser. No creo que otras dos personas hayan sido más felices hasta el momento en que sobrevino esta terrible enfermedad. Ya no puedo enfrentarla. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mi podrías trabajar. Y lo harás, lo sé. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte... que todo el mundo lo sabe. Si alguien hubiera podido salvarme, habrías sido tú. En mi no queda nada más que la certidumbre de tu bondad. no puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo. 
    No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que nosotros hemos sido.

V.

Esta fue la carta que dejó a su marido en un sobre azul en la mesa del salón, a su lado había otra carta dirigida a su hermana Vanessa, en la que se expresaba en los siguientes términos:

Queridísima:
    No puedes imaginar cuánto me gustó tu carta. pero creo que he ido demasiado lejos esta vez como para volver nuevamente. Ahora tengo la certeza de que me estoy volviendo loca de nuevo. Es tal y como fue la primera vez, siempre estoy oyendo voces, y sé que no habré de superarlo ahora.
    Todo lo que quiero decir es que Leonard ha sido asombrosamente bueno, cada día, siempre; no puedo imaginarme que alguien haya podido hacer más por mí de lo que él ha hecho. Hemos sido perfectamente felices hasta las últimas semanas, cuando este horror comenzó. ¿Le harás saber esto? Siento que él tiene tanto por hacer que seguirá mejor sin mí, y tú lo ayudarás.
    Ya casi no puedo pensar claramente. Si pudiera te diría lo que tú y los niños han significado para mí. Creo que lo sabes.
     He luchado, pero ya no puedo más.


Después de escribir estas dolorosas cartas, como son todas las de suicidio, me la imagino caminando con su abrigo hacia el rio Ouse, cercano a su casa y ya junto a él, llenar sus bolsillos de piedras, dejar su bastón junto a la orilla, que sería lo único que encontraría su marido cuando salió a buscarla, para a continuación adentrarse poco a poco en las aguas y sin solución, desaparecer en ellas. Su cuerpo no sería encontrado hasta veinte días después por unos chiquillos que paseaban con sus bicicletas junto al río y que en un principio la confundieron con un tronco flotando. La policía anotó que su reloj se había parado a las 11'45 horas. Su doliente esposo, al que tanto intentó atenuar el golpe la escritora, enterró sus cenizas bajo un árbol. Virginia Woolf dijo en alguna ocasión: "La vida es sueño, es la realidad la que nos mata". Supongo que aquella realidad que se mostraba a sus ojos en plena crisis por su trastorno bipolar, le resultó más insufrible que nunca. Por aquellos días su casa en el barrio de Bloomsbury en Londrés quedó destruido por un bombardeo de los alemanes, el propio estado de guerra total que vivía el mundo y el escaso éxito que obtuvo una de su obras ayudaron a sumirla en aquel estado de profunda desesperanza. Una tremenda perdida. Más allá de sus magníficos libros, con tan sólo su retrato, el de arriba, habría sido necesaria mantenerla en la memoria. Es una obra de arte. Preciosa en su languidez. 

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lunes, 17 de octubre de 2016

Bob Dylan por él mismo



Bob Dylan dixit:

"Lo que más puedo esperar es cantar lo que pienso, y quizás evocar algo en los demás. No me insultes diciéndome que soy una persona con mensaje. Mis canciones no son más que un diálogo conmigo mismo."

"El rollo del artista que pasa hambre es un mito. Lo iniciaron los grandes banqueros y las jóvenes damas prominentes que compran arte. Ellos simplemente quieren mantener al artista bajo su dominio. No tienes que morirte de hambre para ser un buen artista. Sólo tienes que sentir amor y tener un punto de vista claro. Y tienes que combatir la depravación. El no transigir, eso es lo que forma a un buen artista. No importa si se tiene dinero o no. Además, hay otras cosas que conforman la riqueza o la pobreza aparte del dinero." (enero de 1978)

"Una canción es una experiencia: no hay necesidad de entender las palabras para entender la experiencia. Intentar entender el significado completo de las palabras puede destruir el sentimiento de la experiencia como un todo."

"Cuando yo muera, la gente va a interpretar todo de mis canciones. Van a interpretar hasta la última puñetera coma. Ellos no saben lo que significan las canciones. Mierda, ni yo mismo sé lo que significan."

"¿Que cómo son mis canciones? Pues mire, tengo canciones de cinco, de seis, de siete, de ocho, y aunque usted no se lo crea, hasta de diez minutos."

"¿Sabes? todas mis canciones podían estar mejor escritas. Esto es algo que me preocupaba antes, pero ya ha dejado de preocuparme. Nada es perfecto, y por eso no tengo por qué esperar que yo sea perfecto."

"Mis canciones solían tratar sobre lo que sentía y veía. Mis otras canciones, como mínimo, trataban sobre la nada. Las más recientes tratan sobre la misma nada, sólo que vista desde dentro de algo más grande, que quizás se llame ninguna parte."

"Yo sólo soy Bob Dylan cuando tengo que ser Bob Dylan. La mayor parte del tiempo quiero ser yo mismo. Bob Dylan nunca piensa sobre Bob Dylan. Yo no pienso en mí mismo como Bob Dylan. Es como dijo Rimbaud: Yo soy el otro." (Biograph, 1985.)

"Si no tuviera dinero, podría ir de un lado a otro siendo invisible. Pero actualmente me cuesta dinero ser invisible. Es la única razón por la que necesito dinero." (A Robert Shelton, 1966.)

"Yo no tengo esperanzas de futuro y sólo espero tener suficientes botas para cambiarme." (San Francisco, 3 de diciembre de 1965.)

"Nadie es libre. Hasta los pájaros están encadenados al cielo." (1963)

"¿Que cuál es mi mensaje? Ten buena cabeza y lleva contigo una bombilla." (Rueda de prensa, bromeando con una bombilla enorme en la mano, Londres, 1965.)

"La muerte no llama a la puerta. Está ahí, presente en la mañana cuando te despiertas. ¿Te has cortado alguna vez las uñas o el pelo? Entonces ya tienes la experiencia de la muerte." (Malibú, enero de 1978.)

"Yo no tengo una voz bonita. Yo no sé cantar bonito, y además no quiero." (Lugar y fecha desconocidos.)

"Cualquier cosa que puedo cantar, la llamo una canción. Cualquier cosa que no puedo cantar, la llamo un poema. Cualquier cosa que no puedo cantar y es demasiado larga para ser un poema, la llamo una novela." (Lugar y fecha desconocidos.)

"Si no fuera Bob Dylan me gustaría ser Leonard Cohen." (Lugar y fecha desconocidos.)

"Las canciones están ahí. Tienen una existencia propia, y lo único que esperan es a que alguien las escriba."

"Todavía no he escrito nada que me haga dejar de escribir. No he llegado al lugar al que llegó Rimbaud cuando decidió dejar de escribir y se fue a vender armas a África."

"Las canciones me llegan cuanto mas aislado estoy en el espacio y en el tiempo."

"Las canciones son justamente pensamientos. Por un momento paran el tiempo. Escuchar una canción es escuchar algunos pensamientos."

"Si yo hubiera sido un fan de Dylan Thomas me habría llamado Bob Thomas y cantaría sus poemas"



Like a rolling stone (subtitulada al castellano)



Blowing in the wind (subtitulada en castellano)



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domingo, 16 de octubre de 2016

Faulkner, Dylan y el discurso del Nobel.



"Lee, lee, lee. Lee de todo: basura, clásicos, a los buenos y a los malos, hasta ver cómo lo hicieron. ¡Lee! Acabarás absorbiéndolo. Y entonces, escribe"

Era la máxima de William Faulkner para convertirse en un gran escritor. Ahora puede que baste con escuchar muchos discos, algo sin duda mucho menos sufrido. Faulkner pertenece a aquella estirpe de grandes escritores que ganaron el Premio Nobel sin saber cantar mientras tocaban la armónica. Y no se equivoquen, admiro intensamente muchas letras de Bob Dylan pero este premio suyo me chirría un poco. Y es que ahora son otros tiempos, los de lo light, los mismos del café descafeinado, la leche desnatada o la cerveza sin alcohol, lo que estoy seguro que hubiera resultado una verdadera aberración a los ojos de Faulkner dada la gran afición que tenía a elevar vidrios. Supongo que si en vida hubiese tenido que ver como Bob Dylan se llevaba el Nobel de literatura en vez de alguien con la calidad literaria de Philip Roth, se hubiese tenido que aliviar el susto con un par de whiskies dobles y puede que no hubiesen sido suficientes. Faulkner de hecho llegó a ser un bebedor un tanto excesivo e incluso llegó a poner de moda en Hollywood, donde trabajó como guionista, el famoso "Whisky sour" que siempre era bebido por alguno de sus personajes literarios. Se cuenta que en cierta ocasión en la que iniciaba a un amigo en los misterios del alcohol la borrachera le duró tres semanas, y  no apareció hasta que unos detectives de la 20th Century Fox, lo encontraron refugiado en un albergue de parados. En alguna ocasión dijo: "Entre el whisky y la nada, me quedo con el whisky". Sus escritos no tardaron en hacerle acreedor al Nobel de literatura y se cuenta que cuando bajó del avión en Estocolmo llevaba más alcohol en sus venas que la suma de todos los anteriores ganadores del Nobel juntos. También es cierto que llevaba consigo uno de los mejores discursos que jamás se dieron para recoger tan preciado galardón. Ahí va un trocito:

"Creo que el hombre no solo perdurará, prevalecerá. Es inmortal, no por ser el único entre todas las criaturas que posee una voz inagotable, sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión y sacrificio y fortaleza. El deber del poeta, del escritor, es escribir sobre estas cosas. Tiene el privilegio de ayudar al hombre a resistir aligerándole el corazón, recordándole el coraje, el honor, la esperanza, el orgullo, la compasión, la piedad y el sacrificio que han enaltecido su pasado. La voz del poeta no debe ser solamente el recuerdo del hombre, también puede ser su sostén, el pilar que lo ayude a resistir y a prevalecer". 

Supongo que Dylan cantará su discurso y seguro que le queda bien.

Además del Nobel, Faulkner también conseguiría un par de premios Pulitzer y con el conjunto de su obra se puede decir que es uno de los escritores más influyentes en la literatura norteamericana y mundial del siglo XX.

Faulkner tenía que ser todo un personaje, asi, poco antes de morir, fue invitado a la Casa Blanca por los Kennedy y de forma absolutamente genial declinó la invitación de esta forma: "Ciento cincuenta kilómetros es una distancia demasiado larga para ir a cenar. Díganle a Kennedy, que a mi edad uno es demasiado viejo para viajar tan lejos sólo para cenar con unos extraños". Y yo no puedo sino quitarme el sombrero. ¡Chapeau!

William Faulkner dijo una vez que parte del sufrimiento humano se debe a que la única cosa que la gente es capaz de hacer durante ocho horas seguidas al día es trabajar. Y ciertamente cuando uno se pone a pensarlo certifica que no son pocas las personas que se pierden en el océano de su propio tiempo libre. Igual que Cervantes tenía como escenario de sus quijotescas aventuras a la región de La Mancha, o García Márquez jugaba en sus novelas con su imaginario Macondo, Faulkner decidió darle un espacio concreto a sus novelas, desarrollándose algunas de ellas en el ficticio Condado de Yoknapatawpha y que vendría a coincidir, mas o menos, con la región de Mississippi. En ese entorno paso a contar todo el devenir del sur estadounidense, con todos sus claros y sus oscuros. Su forma de escribir no es directa y de acción como la de Hemingway, sino muy técnica y de frases largas, resultando sus obras para algunos algo difíciles de leer. 

En su partida de nacimiento figuraba como William Falkner, pero tras un intento de alistarse en el ejército del aire para participar en la Segunda Guerra mundial y no ser aceptado por baja estatura, se fue a Canadá, donde los tramites eran más asequibles y se presentó como inglés, decidiendo en aquel momento añadir una "u" a su apellido, para dar más verosimilitud a su ficticia nacionalidad. Así, desde esta pequeña argucia, nacería ya para siempre "William Faulkner". Logró su objetivo de alistarse, pero cuando llegó a Europa, se encontró con que la lucha ya había terminado. Faulkner escribió algunas novelas geniales como "El sonido y la Furia", "Santuario", "Luz de Agosto", "Absalón, Absalón!" y varías más, con ellas su fama llegó a ser tal que fue requerido como guionista por Hollywood como ya ocurriera con otros grandes como Francis Scott Fitzgerald (que tampoco sabía cantar)  y logró algún que otro gran guión como los de las grandes películas "Tener y no tener", "El sueño eterno", "Tierra de faraones", "Gunga din" o "El largo y cálido verano"

Es más que probable que el guionista un tanto alcohólico y de acento sureño que aparece en la película de los hermanos Coen "Barton Fink" tenga más de una pincelada inspirada en Faulkner. 


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jueves, 13 de octubre de 2016

Fragmentos de "La sombra del ciprés es alargada" - Miguel Delibes






“—Todo está regido por un perfecto equilibrio —continuó—. La naturaleza, las plantas, los animales, el hombre, toman y dan con una armoniosa ponderación. Junto a las altas montañas ve usted siempre los valles profundos; a la frescura lozana de la primavera la sucede la yerta esterilidad del invierno; al lado del capullo están siempre las espinas; las épocas de abundancia son coronadas por épocas de escasez; la guerra sigue a la paz y la paz a la guerra, formando unos estratos semejantes a los del suelo… Ésta es la ley del contraste que rige el mundo. Pero al mismo tiempo es la razón de que todo, todo, tenga su sentido en el universo.

Doña Sole hizo otra breve pausa y prosiguió:

—Pero este equilibrio, esta alteración de lo bueno y lo malo, no puede bastar para enfangarnos en el pesimismo. El pesimismo sólo nos deja ver las espinas en los rosales, la muerte en el hombre, la carne en el amor. Alimentados de pesimismo no vivimos la vida, la sufrimos. Todo lo malo de la vida se agiganta para el pesimista, y, además, lo bueno lo hace malo, precisamente porque de todo escoge su fachada negativa. Y aquí está el error: la contradicción con Dios; la contradicción con nosotros mismos. Cuando la vida es amarga, hay que suavizarla con la representación de un Gólgota, y cuando es dulce, mitigar sus dulzuras pensando que otros sufren por lo que nosotros no sufrimos. Siempre tendiendo al equilibrio, que es el camino de la verdad."

"Por el camino cruzaba un cortejo fúnebre. Pocas personas acompañaban a la carroza. Llamó mi atención el aspecto de un hombre joven, enlutado, que caminaba automáticamente tras el difunto. Era su abatimiento tan acusado que se diría que la muerte no contenta con robarle a un ser querido le había marcado a él con la impronta de su soplo gélido. Cruzó el cortejo frente a nosotros. Don Mateo se descubrió y Alfredo y yo nos santiguamos.
-Ahí tenéis un viudo bien joven –dijo el señor Lesmes cuando se alejaban. [...] Las bodas no serían tan frecuentes ni se adornarían con detalles tan superfluos e insensatos si los novios pensasen en su día que uno de los dos ha de enterrar al otro."

"De causa en causa iba saltando hasta topar con el efecto fatal: la muerte. Siempre giraban mis torturas en derredor del viudo, del negro luto, del picar de los canteros, del pino redondo y aromático elegido por Alfredo para reposar eternamente... Me asomaba con frecuencia a la angustiosa teoría del desasimiento. Paulatinamente iba confirmándome en ella. «Vivir es ir perdiendo, me decía; e incluso, aunque parezca aparentemente que se gana, a lo largo nos damos cuenta de que el falso beneficio se trueca en una pérdida más. Todo es perder en el mundo; para los que poseen mucho y para los que se lamentan de no tener nada."

"Sentí con esto mitigarse mi temor hacia la muerte rondadora. Sabía que en el curso del tiempo «uno de los dos habría de enterrar al otro», pero no desorbitaba esta probable realidad, antes bien, la admitía como una imposición de las leyes naturales que exigen el desprendimiento, el desencadenamiento del amor antes de transitar a una nueva vida no terrena"

"Se me hacía que ya había encontrado la razón suprema de mi pervivencia en el mundo. Ya no me encontraba solo. Detrás dejaba a buen recaudo mis afectos. [...] me sonreía el contorno de Ávila allá, a lo lejos. Del otro lado de la muralla permanecían Martina, doña Gregoria y el señor Lesmes. Y por encima aún me quedaba Dios"

Los fragmentos pertenecen a "La sombra del ciprés es alargada", la primera novela de Miguel Delibes, obra por la que fue ganador del Premio Nadal en 1947. Aunque Delibes renegaba un poco de esta obra, por sentir que no había logrado del todo imprimirle el estilo que el deseaba, la historia ha terminado por convertirse en uno de los grandes títulos de nuestra literatura. El libro nos habla de un niño huérfano, Pedro, que será educado en la falsa creencia que para ser feliz hay que alejarse de toda posesión y de toda relación con el mundo, una visión negativa de la realidad que solo podrá ser superada por la fuerza de la juventud que le llevará a abrirse a nuevos y luminosos horizontes. Los cipreses están siempre presentes en los cementerios por una cuestión simbólica que viene desde muy antiguo; como decía Miguel Herrero Uceda en su obra "El alma de los árboles": "Cada árbol mantiene su espíritu que lo transmite a los espacios creados por el hombre. El limonero es el corazón del patio andaluz. Los almendros dan la nota de alegría a los sobrios cigarrales toledanos austeros. La higuera da vida al huerto, al igual que los granados aportan su colorido a los cármenes granadinos. Así, el ciprés, con su solitaria figura que busca el cielo, aporta la idea de recogimiento, de un pensamiento que se dirige, más que a la vida terrena, hacia la inmortalidad". Visto así el ciprés se convertiría en una alegoría del camino que toma nuestra alma hacía el más allá, aunque en la creencia popular también está muy arraigada una idea mucho menos poética y se piensa que los cipreses están en los cementerios porque repelen a las ratas. Sea como fuere, los cipreses han terminado por convertirse en una alegoría de la muerte con la que comparte una alargada sombra, una muerte que en el libro se muestra a cada instante, desde su propia orfandad, rodeando y condicionando la sombría vida del protagonista de la novela y que solo al fin podrá ser vencida por la esperanza.



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miércoles, 12 de octubre de 2016

De cuando el poeta Fernando Pessoa hizo que se prohibiera la Coca Cola en Portugal



No son pocos los escritores que al igual que con el cine, han tenido sus idilios, más o menos alimenticios con el mundo de la publicidad, existiendo algunos que incluso trabajaron en agencias como es el caso de Salman Rushdie, Alessandro Baricco o Alejo Carpentier. Hasta Bioy Casares y Borges aunaron esfuerzos para la redacción de un folleto en el que se elogiaban las virtudes del yogur "La Martona". 

Pero uno de los casos más singulares de esta relación entre escritores y publicidad es el fiasco que resultó del encargo dado a Fernando Pessoa por la casa Coca Cola para idear un eslogan publicitario que ayudara a introducir el refresco en Portugal. Al igual que en la poesía, en la publicidad cada palabra esta cargada de intención y significado, y Pessoa que por entonces ya disfrutaba de cierto reconocimiento como poeta se había logrado ganar unos pesos extras -al más puro estilo del Don Drapper de "Mad Men"- con la redacción de anuncios, para automóviles, neveras o artículos de moda. El genial escritor preparó para "Coca Cola" un eslogan que no fue del todo comprendido en aquellos tiempos: "Primero se extraña y luego se entraña", en clara alusión a que el refresco puede producir cierto rechazo en un primer momento para luego convertirse en un sabor deseable y apetecible, que todos guardarían en su memoria y provocaría el deseo de volver a tomarlo. 

El caso es que esto ocurría allá por los años 1927-1928 y el régimen de Antonio Salazar vio en aquel eslogan pruebas del poder adictivo de la Coca-Cola y de ciertas dudas de que esta bebida pudiera estar compuesta en parte por cocaína, de modo que fue este eslogan ideado por Pessoa la excusa perfecta para que el Ministro de Sanidad, el Doctor Ricardo Jorge, diera instrucciones para que todo el stock de refresco existente ya en el país fuera incautado y arrojado al mar, declarando prohibida la venta de Coca Cola en Portugal. De esta curiosa forma "la chispa de la vida" no pudo comercializarse en nuestro vecino país hasta 1977, años después de haber fallecido Salazar. La todopoderosa multinacional Coca Cola quedó así vencida por tan sólo siete palabras, que aunque no lograran su efecto deseado podrían ser muestra de ese pretendido "poder de la palabra", algo que supongo terminó con la carrera publicitaria de Pessoa y le provocaría un plus de desasosiego. Quien sabe si de haber tenido éxito su slogan, se hubiese aficionado a la Coca Cola y eso le hubiese salvado de la cirrosis que le provocó el aguardiente "Aguila Real", su bebida favorita.

La anécdota se cuenta en "La vida plural de Fernando Pessoa" de Ángel Crespo.


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