domingo, 16 de octubre de 2016

Faulkner, Dylan y el discurso del Nobel.



"Lee, lee, lee. Lee de todo: basura, clásicos, a los buenos y a los malos, hasta ver cómo lo hicieron. ¡Lee! Acabarás absorbiéndolo. Y entonces, escribe"

Era la máxima de William Faulkner para convertirse en un gran escritor. Ahora puede que baste con escuchar muchos discos, algo sin duda mucho menos sufrido. Faulkner pertenece a aquella estirpe de grandes escritores que ganaron el Premio Nobel sin saber cantar mientras tocaban la armónica. Y no se equivoquen, admiro intensamente muchas letras de Bob Dylan pero este premio suyo me chirría un poco. Y es que ahora son otros tiempos, los de lo light, los mismos del café descafeinado, la leche desnatada o la cerveza sin alcohol, lo que estoy seguro que hubiera resultado una verdadera aberración a los ojos de Faulkner dada la gran afición que tenía a elevar vidrios. Supongo que si en vida hubiese tenido que ver como Bob Dylan se llevaba el Nobel de literatura en vez de alguien con la calidad literaria de Philip Roth, se hubiese tenido que aliviar el susto con un par de whiskies dobles y puede que no hubiesen sido suficientes. Faulkner de hecho llegó a ser un bebedor un tanto excesivo e incluso llegó a poner de moda en Hollywood, donde trabajó como guionista, el famoso "Whisky sour" que siempre era bebido por alguno de sus personajes literarios. Se cuenta que en cierta ocasión en la que iniciaba a un amigo en los misterios del alcohol la borrachera le duró tres semanas, y  no apareció hasta que unos detectives de la 20th Century Fox, lo encontraron refugiado en un albergue de parados. En alguna ocasión dijo: "Entre el whisky y la nada, me quedo con el whisky". Sus escritos no tardaron en hacerle acreedor al Nobel de literatura y se cuenta que cuando bajó del avión en Estocolmo llevaba más alcohol en sus venas que la suma de todos los anteriores ganadores del Nobel juntos. También es cierto que llevaba consigo uno de los mejores discursos que jamás se dieron para recoger tan preciado galardón. Ahí va un trocito:

"Creo que el hombre no solo perdurará, prevalecerá. Es inmortal, no por ser el único entre todas las criaturas que posee una voz inagotable, sino porque tiene un alma, un espíritu capaz de compasión y sacrificio y fortaleza. El deber del poeta, del escritor, es escribir sobre estas cosas. Tiene el privilegio de ayudar al hombre a resistir aligerándole el corazón, recordándole el coraje, el honor, la esperanza, el orgullo, la compasión, la piedad y el sacrificio que han enaltecido su pasado. La voz del poeta no debe ser solamente el recuerdo del hombre, también puede ser su sostén, el pilar que lo ayude a resistir y a prevalecer". 

Supongo que Dylan cantará su discurso y seguro que le queda bien.

Además del Nobel, Faulkner también conseguiría un par de premios Pulitzer y con el conjunto de su obra se puede decir que es uno de los escritores más influyentes en la literatura norteamericana y mundial del siglo XX.

Faulkner tenía que ser todo un personaje, asi, poco antes de morir, fue invitado a la Casa Blanca por los Kennedy y de forma absolutamente genial declinó la invitación de esta forma: "Ciento cincuenta kilómetros es una distancia demasiado larga para ir a cenar. Díganle a Kennedy, que a mi edad uno es demasiado viejo para viajar tan lejos sólo para cenar con unos extraños". Y yo no puedo sino quitarme el sombrero. ¡Chapeau!

William Faulkner dijo una vez que parte del sufrimiento humano se debe a que la única cosa que la gente es capaz de hacer durante ocho horas seguidas al día es trabajar. Y ciertamente cuando uno se pone a pensarlo certifica que no son pocas las personas que se pierden en el océano de su propio tiempo libre. Igual que Cervantes tenía como escenario de sus quijotescas aventuras a la región de La Mancha, o García Márquez jugaba en sus novelas con su imaginario Macondo, Faulkner decidió darle un espacio concreto a sus novelas, desarrollándose algunas de ellas en el ficticio Condado de Yoknapatawpha y que vendría a coincidir, mas o menos, con la región de Mississippi. En ese entorno paso a contar todo el devenir del sur estadounidense, con todos sus claros y sus oscuros. Su forma de escribir no es directa y de acción como la de Hemingway, sino muy técnica y de frases largas, resultando sus obras para algunos algo difíciles de leer. 

En su partida de nacimiento figuraba como William Falkner, pero tras un intento de alistarse en el ejército del aire para participar en la Segunda Guerra mundial y no ser aceptado por baja estatura, se fue a Canadá, donde los tramites eran más asequibles y se presentó como inglés, decidiendo en aquel momento añadir una "u" a su apellido, para dar más verosimilitud a su ficticia nacionalidad. Así, desde esta pequeña argucia, nacería ya para siempre "William Faulkner". Logró su objetivo de alistarse, pero cuando llegó a Europa, se encontró con que la lucha ya había terminado. Faulkner escribió algunas novelas geniales como "El sonido y la Furia", "Santuario", "Luz de Agosto", "Absalón, Absalón!" y varías más, con ellas su fama llegó a ser tal que fue requerido como guionista por Hollywood como ya ocurriera con otros grandes como Francis Scott Fitzgerald (que tampoco sabía cantar)  y logró algún que otro gran guión como los de las grandes películas "Tener y no tener", "El sueño eterno", "Tierra de faraones", "Gunga din" o "El largo y cálido verano"

Es más que probable que el guionista un tanto alcohólico y de acento sureño que aparece en la película de los hermanos Coen "Barton Fink" tenga más de una pincelada inspirada en Faulkner. 


Las fotografías han sido tomadas de las siguientes páginas:
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5 comentarios:

  1. "Igual que Cervantes tenía como escenario de sus quijotescas aventuras a la región de La Mancha, o García Márquez jugaba en sus novelas con su imaginario Macondo, Faulkner decidió darle un espacio concreto a sus novelas, desarrollándose algunas de ellas en el ficticio Condado de Yoknapatawpha". Hasta donde entendido Macondo es el vástago de Yoknapatawpha.

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  2. De todas formas me parece un comentario un poco banal, demasiado light, para utilizar las palabras del autor. En lo que si estoy de cuerdo es que el Premio Nobel de literatura no ha debido otorgársele a Dylan, pienso que lo lógico es que creen un premio Nobel en ese género.

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    1. berta lucia estrada, me rebelo a decir que no estoy de acuerdo con el Nobel dado a Dylan...y lo hago por una simple razon - fuera de lo que seria logico: estoy hasta el "techo" de ver a todo el mundo, opinar de lo que no sabe, intentando defender lo indefendible por simple desconocmiento o por deseos de opinar simplemente. La poesia...se habla de la poesia...de cual poesia? de que genero? de que siglo? cual poesia "debe" ganarse el Nobel?. Ahora si vamos por la literatura: cual literatura? cual genero? de que "continente"? de cual siglo?... Todo me parece un poco arbitrario y mas bien prefiero a nombre de mi humanidad, permitir que la academia conceda el Nobel a quien considere, con sus propios criterios. Un abrazo para ti y buen domingo

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  3. ¿Banal? Puede... tampoco intenté hacer un estudio pormenorizado de la figura de cada uno. Solo fue una entrada con una opinión perfectamente discutible sobre el premio otorgado a Dylan expuesta de forma muy ligera y un pequeño perfil en el que se juega con la anécdota para dar una pequeñísima pincelada del genio de Faulkner. Evidentemente no es un artículo de fondo, pero creo que insustancial tampoco. En cualquier caso gracias por tu comentario, Berta, si para algo sirve un blog es para contrastar opiniones.

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