miércoles, 24 de febrero de 2016

Richard Burton y Liz Taylor: Crónicas etílicas



Que Richard Burton era un portento como actor nadie lo duda; que era un prodigio elevando vasos de vodka forma parte también de su leyenda. 

Su biografo Melvyn Bragg contaba que en 1960, encontrándose Burton realizando el papel de Arturo junto a Julie Andrews en el rol de Ginebra en un musical de Broadway titulado "Camelot", se apostó que sería capaz de beberse dos botellas enteritas de vodka, una en cada una de las dos representaciones que daban ese día, sin que se le notasen los efectos encima de las tablas. Como árbitro de esta singular apuesta eligieron a Julie Andrews que por supuesto estaba ajena a todo aquel desafío. Una vez finalizadas las dos funciones, Burton se dirigió a la Andrews y le preguntó:

- ¿Qué te ha parecido hoy mi actuación, preciosa?
- Un poco mejor que de costumbre - fue la respuesta de la actriz.

No cabe duda de que Richard Burton era un titan en cuanto a trasegar vodka, incluso hay quien eleva su techo y dice que durante el rodaje de "El espía que surgió del frio" era capaz de liquidar tres botellas de vodka al día, tal y como se recoge en el libro "El amor y la furia, la verdadera historia de Elizabeth Taylor y Richard Burton". Esta desmedida tendencia al alcohol le provocó durante esa época los típicos temblores de un alcohólico cuando le falta la bebida e incluso tuvieron que llevarlo al médico al final del rodaje de la mentada película, manifestando el médico que había estado a punto de morir a causa de sus excesos con la bebida. Parece que una vez que le vio las orejas al lobo logró reconducirse y poner coto a sus desmanes etílicos. A pesar de ello murió joven, con tan solo 58 años, con siete merecidas nominaciones a los premios Oscar y sin ninguna estatuilla para adornar su cuarto de baño.

Sus peleas y borracheras con Liz Taylor fueron "homéricas". Al parecer la Taylor, durante su relación con Burton era también una consumada experta en escrutar ávidamente el final de la botella en busca de una última gota de licor, al menos así lo contaba Burton en su autobiografía:

"Quien iba a pensar que un hombre famoso en su día por romper cristales, o enfrentarse a cualquier cosa bajo los efectos del alcohol, se horrorizaría viendo eso mismo en los demás? Al menos en quienes le rodean. ¿Y quién me rodea más estrechamente que E. (Elizabeth Taylor)? Desde hace un mes, con escasas excepciones, se ha ido a dormir no meramente achispada, sino borracha perdida. Y quiero decir borracha, ida, incapaz de caminar derecha y diciendo insensateces con una vocecita de niña en delirio febril (...) ¡Lo más espantoso es que me ha hecho aborrecer el alcohol!"

Unos grandiosos actores, y si los quieren ver haciendo de si mismos, y mereciéndose ambos a la vez un Oscar, que injustamente les fue negado, véanlos en "¿Quién teme a Virginia Woolf?" (Mike Nichols - 1966)








"El que vive según las prescripciones del médico, vive miserablemente"

A saber si esta frase la dijo Richard Burton antes o después de dejar de beber